El sistema de agua por gravedad sin tratamiento es un conjunto de estructuras que lleva el agua, a través de una red de conexiones, desde su fuente hasta las viviendas, pasado por un reservorio intermedio (AGÜERO 1997, BARRIOS et al. 2009). Se define “por gravedad”, ya que el agua cae por su propio peso a través de las diferentes fases del sistema, gracias a la diferencia de alturas entre el punto de captación del agua y su destino (TORRES 2006). Para estos sistemas, se pueden utilizar manantiales o aguas subterráneas (subálveas) como fuente de agua, cuya calidad suele ser apta para consumo humano (BARRIOS et al. 2009).
Cuando la fuente es un manantial, el componente de captación es una estructura de concreto llamada cámara de captación, mientras que cuando la fuente son aguas subálveas, se utilizan galerías filtrantes. La línea de conducción por gravedad es un conjunto de tuberías con una inclinación de al menos 2% que permite el traslado del agua desde donde fue captada hasta el reservorio, ubicado en un punto más bajo en el trayecto del sistema (TIXE 2004). El agua pasa al tanque de almacenamiento o reservorio, depósito que sirve para almacenar y manejar el agua que se distribuye a la comunidad. Por lo general, se utiliza un reservorio en la zona más elevada de la localidad, cuya capacidad de almacenaje debe ser diseñada en función del volumen requerido para garantizar la disponibilidad continua, tanto a la población actual como a la futura (AGÜERO 2004, OPS 2005c). La red de distribución comunitaria consiste en un conjunto de tuberías, accesorios y estructuras para conducir el agua hasta las tomas en el hogar o tomas públicas. Al igual que en los componentes anteriores, se deben considerar varios factores técnicos de hidráulica y consumo de agua por habitante para adaptar el diseño, la construcción, operación y mantenimiento a las necesidades de comunidad (OPS 2005a). Una vez que el agua llegue a la vivienda, se deben llevar a cabo ciertas acciones para el tratamiento y almacenamiento seguro del agua en el hogar, a través de diferentes procesos físicos o químicos, como cloración, ebullición, filtración, etc. manteniéndola así apta para consumo humano (OPS 2005b). Asimismo, se debe cumplir con normas de almacenamiento y manejo seguro del agua en el hogar, para evitar la recontaminación.
Los sistemas de abastecimiento comunal por gravedad sin tratamiento son idóneos en localidades ubicadas caudal-abajo de la fuente de agua subterránea o subálvea. Debido a que el agua se ha filtrado en estratos porosos del subsuelo, ésta presenta buena calidad bacteriológica (BARRIOS et al. 2009). Siempre es necesario analizar la calidad del agua, ya que puede ser necesario realizar tratamientos adicionales de tipo fisicoquímico, caso en el que se deberá implementar el sistema de abastecimiento comunal por gravedad con tratamiento. Cuando se haya determinado que el agua presenta buenos indicadores de calidad, no se requiere tratamiento adicional, lo que permite que este sistema tenga bajos costos de inversión, operación y mantenimiento.
En México se ha implementado este tipo de sistema en zonas de geografía accidentada de poca altura o montañosa, donde la fuente de agua se encuentra cuenca arriba, por lo que permite el aprovechamiento de la fuerza de gravedad, como en las comunidades de las sierras de Oaxaca, Guerrero y Puebla. Sin embargo, el diseño y la construcción de la captación en manantiales y en especial la ubicación de galerías filtrantes suelen ser inadecuadas, ocasionado que el agua pierda la calidad para el consumo humano.
En escenarios de comunidades con casas dispersas, en donde las familias tienen suficientes recursos económicos, tanto con escasa disposición de agua como suficiente disposición de agua, se tendrá la posibilidad de hacer la inversión para conducir el agua de la fuente elevada hasta el hogar, como es el ejemplo de la comunidad “El Remate” en el municipio de Comala, en el estado de Colima. En este ejemplo, 50 familias dispersas aprovechan el agua de un manantial en la parte alta, por medio de mangueras. Sin embargo, este sistema no es adecuado para los casos dispersos en los que no se cuenta con recursos y capacidades en la población. En el caso de los escenarios de poblaciones de hasta 2500 habitantes, este sistema es recomendado cuando se cuenta con los recursos para la instalación del sistema, especialmente cuando la o las fuentes garantizan una disponibilidad óptima de agua, como es el caso de la comunidad “Tuxtla” ubicada en la Sierra Norte del estado de Puebla, habitada por indígenas totonacos que aprovechan el agua de tres manantiales cuenca arriba, la almacenan en dos piletas a la entrada de la comunidad y cae a una zona de lavaderos. De la misma forma, se puede implementar este sistema en comunidades con capacidades y recursos, pero con escasa disposición de agua.
Cuando las poblaciones no cuentan con recursos ni capacidades, tanto con escasa disposición de agua como con suficiente disposición de agua, se requiere del apoyo gubernamental para solventar la inversión de las obras de captación, conducción, tanques de almacenamiento y distribución del agua. En estos casos, aunque la población generalmente no está dispuesta a colaborar, el sistema resulta conveniente por sus bajos requerimientos de operación y mantenimiento. Sin embargo, es indispensable asegurar el mantenimiento del sistema a través de las instituciones, quienes, a su vez, deberán cobrar las mínimas cuotas indispensables por el servicio.