La cosecha de agua de lluvia es una práctica de bajo costo que requiere un mínimo de conocimiento para su instalación, proporcionando múltiples beneficios. Este sistema puede ser usado como una fuente principal durante el periodo de lluvia o puede ser complementario a otras fuentes de agua. Para el diseño del sistema se debe definir la cantidad de agua de lluvia disponible, determinada por la intensidad de la lluvia (milímetros de precipitación) y la duración de la temporada de lluvia a lo largo del año (CONAGUA 2016). Seguidamente, se define la cantidad de agua que se requiere, ya sea a nivel familiar o comunitario, y se determina el lugar de almacenamiento. Existe una herramienta desarrollada por organizaciones de México que funge como soporte técnico y de cálculos básicos de estos sistemas (CÁNTARO AZUL et al. 2017).
El agua de lluvia se recolecta en techos o en superficies de terrenos. En el primer caso, descrito en esta ficha, se aprovechan los techos que pueden ser de viviendas, para consumo familiar, o de las edificaciones públicas, para consumo comunitario. El sistema de tuberías está compuesto por una canaleta que se fija en la parte más baja de los techos y se conecta su extremo más bajo a una manguera o tubo que conducirá el agua al lugar de almacenamiento, que pueden ser cisternas superficiales o enterradas. El tanque de almacenamiento debe mantenerse impermeable, hermético y accesible, permitiendo así la revisión periódica de su limpieza y reparaciones (CONAGUA 2016). Su ubicación deberá ser cercana al lugar donde se utiliza el agua y sus dimensiones deben corresponder a la capacidad requerida para contener la mayor cantidad de agua sin necesidad de bombearla y disminuir así los costos de distribución. Adicionalmente, los sistemas de cosecha de agua de lluvia se pueden diseñar con un filtro de arena, ya sea antes o después del almacenamiento, para asegurar que el agua tenga la calidad necesaria, sobre todo cuando sea para el consumo humano. Existen varios diseños de los filtros de tratamiento, incluso muchos cuentan con elementos adicionales, tales como carbón activado, luz ultravioleta y velas de cerámica. Si el tanque de almacenamiento se encuentra en un punto bajo del terreno, puede emplearse una bomba de agua motorizada, como por ejemplo activada por un molino, o por bombeo de agua manual, como es el caso de las bicibombas (LÓPEZ et al. 1998). Posteriormente, debe darse un almacenamiento y manejo seguro en el hogar, y en caso que se dude de la calidad del agua para consumo humano, se recomienda llevar a cabo un tratamiento adicional en el hogar.
El agua de lluvia también puede ser captada en terrenos con escurrimientos, pequeñas cuencas naturales, canales artificiales o laderas por donde corre normalmente el agua de lluvia, de manera que se acumule en depósitos como cisternas o estanque artificiales, también conocido como olla superficial, jagüey o aljibe. En esta herramienta, los sistemas surtidos con agua de lluvia acumulada en estanques artificiales, se describen en las fichas de abastecimiendo por gravedad y por bombeo con tratamiento.
En comunidades con casas dispersas, con disposición de agua suficiente y con capacidades y recursos;la cosecha de agua de lluvia, en combinación con otros sistemas, como fuentes pequeñas protegidas con transporte manual, es el sistema más adecuado para satisfacer los requerimientos de las familias y comunidades. Aunque las instalaciones sean a nivel doméstico, por las condiciones de dispersión de las casas, al existir cohesión social y capacidad organizativa, se dan las condiciones para obtener recursos gubernamentales, mantener las instalaciones en las viviendas en buen estado y construir cisternas para abastecer la comunidad. Este ejemplo se da en regiones del estado de San Luis Potosí entre la población “wirrarika” (conocidos como huicholes). En el caso de comunidades con casas dispersas con disposición de agua suficiente, pero sin capacidades ni recursos, este sistema también es factible, pero se requieren tecnologías más sencillas y de bajo costo, como cisternas superficiales. También es necesario capacitar acerca de la importancia del tratamiento del agua para uso humano. En los escenarios de casas dispersas con escasa disposición de agua, con recursos;y sin recursos, aunque la cosecha de agua de lluvia es una práctica común, se hace en condiciones precarias, con recipientes improvisados, sin medidas salubres y, en la mayoría de los casos, no se logra la cantidad requerida para satisfacer las necesidades de la población. Por esta razón, la cosecha de agua de lluvia se complementa con otros sistemas de agua y se asocia a esquemas de ahorro y reúso.
En poblados de hasta 2500 habitantes con disposición de agua suficiente, con capacidades y recursos, es posible aprovechar el agua de lluvia en forma adecuada y homogénea a nivel comunitario, utilizando, por ejemplo, los techos de edificios públicos. Los altos niveles de lluvia permiten un almacenamiento de menor tamaño y en consecuencia de menor costo, lo que permite instalar sistemas centralizados o semicentralizados, como sucede en comunidades de los estados de Oaxaca y Chiapas. Cuando la disposición de agua es baja, la cosecha de agua de lluvia, en combinación con otros sistemas, es una opción de abastecimiento. En estos casos, es factible utilizar techos de edificios públicos para cosechar mayor cantidad de agua y tener opciones de almacenamiento de tamaño adecuado, garantizando así el líquido en época seca. En este tipo de comunidades organizadas, se recurre a las autoridades, principalmente a nivel municipal para la gestión de recursos y apoyos. Cuando no existe ni cohesión social ni organización comunitaria, tanto en casos de escases de agua, como en el caso de disposición suficiente de agua, este sistema solo se puede aprovechar a nivel familiar y con tecnologías simples, pues a pesar de tener un casco municipal, la falta de capacidades y recursos sociales no permite la instalación del sistema a nivel comunitario. Estos casos se observan en comunidades rurales de Veracruz, Puebla y Estado de México.
