11 Diciembre 2018

Cámara Simple

Autor
Elizabeth Tilley, Lukas Ulrich, Christoph Lüthi, Philippe Reymond, Roland Schertenleib y Christian Zurbrügg (EAWAG/SANDEC)
Adaptado por
Jade Latargere (SARAR)
Resumen ejecutivo

La cámara simple es un hoyo simple o fosa revestida que sirve para depositar las excretas y los materiales de limpieza anal en los sistemas de saneamiento descentralizados. Es una de las tecnologías de saneamiento más usadas en las zonas rurales de México, pero no siempre se respetan los lineamientos de diseño y ubicación, lo que induce riesgos sanitarios y problemas de contaminación de los mantos freáticos (TILLEY et al. 2018; GONZÁLEZ 2003). Con una mínima inversión, esta tecnología puede mejorarse en una cámara simple mejorada ventilada.

Ventajas
Puede ser construida y reparada con materiales disponibles localmente
El costo de construcción es bajo, aunque varía según la profundidad y el diseño de la cámara
No requiere un terreno grande
Desventajas
Puede generar malos olores y moscas
La eliminación de la DBO y patógenos es baja, pudiendo inducir la contaminación de los acuíferos
El lodo que se produce en la cámara requiere tratamiento secundario y/o descarga y disposición final
Los costos de vaciado de la cámara pueden ser significativos y el servicio no es fácilmente accesible
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Introducción
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La cámara simple es una tecnología de saneamiento sencilla, pero ofrece una mejora considerable en comparación con la defecación al aire libre. Al confinar las excretas, reduce la posibilidad de contaminación de las fuentes de agua y el riesgo de enfermedades gastrointestinales causadas por parásitos y microorganismos patógenos (GONZÁLEZ 2003; CONAGUA 2007). Conforme se llena la cámara simple, dos procesos limitan la tasa de acumulación: la lixiviación y la degradación. La orina y el agua se filtran hacia el suelo a través del fondo de la cámara y de las paredes, mientras que la acción microbiana degrada parte de la fracción orgánica. Al final, se produce un lodo o humus que puede ser cubierto con tierra para plantar un árbol o vaciado y transportado para ser aplicado en suelo y/o dispuesto en superficie, después de haber recibido un tratamiento adecuado (TILLEY et al. 2018; GARDUÑO et al. 2016).

Excavación para cámara simple
Excavación para cámara simple en Ixtepec, Oaxaca. Fuente: SARAR 2018 [archivo del autor]

 

La cámara simple puede utilizarse con un sanitario de arrastre hidráulico, un sanitario seco o un sanitario seco con desviación de orina. En este último caso, solamente las heces son depositadas en la cámara, lo que permite minimizar la lixiviación (TILLEY et al. 2018). En México, esta tecnología es ampliamente difundida en el medio rural por su bajo costo y su buena aceptación cultural. La instalación de letrinas en las zonas rurales de América Latina fue iniciada en la década 1920 por la Fundación Rockefeller y fue proseguida por los gobiernos nacionales y los organismos internacionales (RUIZ y PEARCE 1957). Actualmente, la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) continúa promoviendo la construcción de este tipo de tecnologías en las zonas rurales del país en el marco del Programa PROSSAPYS. Sin embargo, no siempre se respetan los lineamientos de ubicación ni de diseño de la cámara, lo que genera problemas de salud y de contaminación. Con una mínima inversión esta tecnología puede mejorarse en una cámara simple mejorada ventilada.

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Consideraciones de diseño
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El volumen requerido de la cámara depende de la tasa de acumulación de sólidos, de la cantidad de personas que la utilizan y su tiempo proyectado de vida útil (CONAGUA 2015; UNATSABAR 2005), pero la cámara debe diseñarse para contener un volumen de por lo menos 1 000 l (TILLEY et al. 2018). En promedio, los sólidos se acumulan a un ritmo de 40 a 60 l por persona y año, sin embargo, el aporte de desechos orgánicos varía en función del método de limpieza anal y puede alcanzar 90 l por persona y año si se utilizan materiales de limpieza voluminosos. Dependiendo de qué tan profundo se excaven y de la frecuencia de uso, algunas cámaras pueden permanecer 20 años o más sin ser vaciadas (TILLEY et al. 2018). Típicamente, la cámara tiene al menos 3 m de profundidad y 1 m de diámetro. Si el diámetro de la cámara es superior a 1.5 m, existe un mayor riesgo de que colapse (TILLEY et al. 2018).

En el diseño de la cámara se debe tomar en cuenta las características del suelo y la distancia al agua subterránea (CONAGUA 2015), así como su duración de vida (uso temporal o permanente). Si el suelo es estable (es decir, sin presencia de depósitos de arena, grava o materiales orgánicos sueltos), la cámara no necesita ser revestida. Sin embargo, cuando el suelo no es consistente o se pretende reutilizar la cámara, esta se debe afianzarse con mampostería reforzada, concreto o construirse superficialmente (CONAGUA 2015). Los materiales para revestir la cámara pueden incluir ladrillo, madera resistente a la putrefacción, concreto (hormigón), piedra o mortero estucado en el suelo. En todos los casos, el fondo de la cámara debe permanecer sin revestimiento para permitir la infiltración de los líquidos fuera de la cámara (TILLEY et al. 2018). La cámara debe estar confinada para evitar la entrada de animales e insectos. Para evitar la contaminación de los acuíferos, el fondo de la cámara debe estar por lo menos a 2 m sobre el nivel del acuífero (dependiendo de las características de permeabilidad del terreno).

Cuando no es posible cavar una cámara profunda o el nivel freático es muy alto, una cámara elevada puede ser una opción viable: la cámara superficial puede ser extendida al construirse hacia arriba, con el uso de anillos o bloques de concreto. Una cámara elevada también puede construirse en una zona donde las inundaciones son frecuentes, para mantener el agua fuera de la cámara durante las fuertes lluvias. Otra variación es la cámara superficial sin revestimiento, que puede ser apropiada para áreas donde es difícil cavar. Cuando la cámara superficial está llena, puede cubrirse con hojas y tierra para sembrar un pequeño árbol (TILLEY et al. 2018). De acuerdo con el diseño, ubicación y el tipo de material que ingresa a la cámara, la instalación sanitaria recibe diferentes nombres: letrina de hoyo, de pozo o de fosa seca o letrina de fosa elevada (CONAGUA 2015).

Cámara simple sin condiciones de confinamiento
Cámara simple sin condiciones de confinamiento. Fuente: SARAR 2018 [archivo del autor]
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Idoneidad
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La cámara simple es el método de disposición de excretas más sencillo y barato que existe (GONZÁLEZ 2003). Permite el almacenamiento, disminución de volumen y pre-tratamiento de las heces in situ, lo que lo vuelve una alternativa de saneamiento ideal para las áreas que no cuentan con sistema de alcantarillado. Sin embargo, debe existir suficiente espacio para que la cámara pueda ser vaciada y el líquido se infiltre, por lo que esta tecnología es más apropiada para zonas periurbanas y rurales. En zonas densamente pobladas, podría resultar difícil vaciar la cámara, dependiendo del sistema que se utilice (TILLEY et al. 2018).

Los procesos de tratamiento en una cámara simple son limitados y, por lo tanto, la reducción de patógenos y la degradación orgánica no son significativas. Sin embargo, conforme el líquido se filtra desde la cámara y migra a través de la matriz de tierra no saturada, algunos gérmenes patógenos son absorbidos hacia la superficie del suelo, lo que permite eliminar los patógenos antes de que entren en contacto con los acuíferos. El grado de eliminación varía según el tipo de suelo, la distancia recorrida, la humedad y otros factores ambientales y, por lo tanto, es difícil estimar la distancia necesaria entre una cámara y una fuente de agua. En general, se recomienda una distancia mínima horizontal de 30 m para limitar la exposición a contaminación microbiana (TILLEY et al. 2018).

Las cámaras simples son particularmente apropiadas cuando el agua escasea y donde hay una capa freática baja, por lo que está especialmente indicada para escenarios de casas dispersas con disposición de agua escasa, con capacidades y recursos o sin capacidades y recursos.  En todo caso, es una tecnología que puede ser aplicada en todos los escenarios. El modelo de cámara enterrada no es adecuado para suelos rocosos o compactados (difíciles de excavar), ni para áreas que se inunden con frecuencia ya que la infiltración de agua trae como consecuencia un posible derrumbe de las paredes, malos olores, proliferación de mosquitos y desbordamiento de la cámara (GONZÁLEZ 2003).

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Aspectos de salud y aceptación
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Dado que las excretas están contenidas, la transmisión de patógenos al usuario es limitada. Sin embargo, la cámara simple no previene por completo los riesgos, pues es posible que el lixiviado contamine los acuíferos. El agua estancada en las cámaras puede promover la cría de insectos. Además, las cámaras son susceptibles a fallas o desbordamientos durante las inundaciones (TILLEY et al. 2018). En México, varios estudios señalan que las instalaciones sanitarias básicas contribuyen de manera importante a la contaminación de los acuíferos (RAMÍREZ et al. 2009; ROBLES et al. 2013). Para minimizar estos riesgos, es especialmente importante respetar los lineamientos de diseño y ubicación de las cámaras, teniendo en cuenta mantener una cierta distancia de las fuentes de agua para consumo humano y de los cuerpos de agua subterráneos.

Las cámaras simples deben construirse a una distancia apropiada de las viviendas para minimizar las molestias por moscas y malos olores (TILLEY et al. 2018). A pesar de las ventajas que ofrece esta tecnología, puede existir una resistencia al uso de letrinas, en especial en las personas mayores que están acostumbradas a defecar al aire libre (DÍAZ 2002; ROMERO y SOARES 2014). Es importante tomar en cuenta las preferencias y costumbres de la población para la elección del tipo de asiento (tipo taza o turco) y así garantizar la buena aceptación de esta tecnología (CONAGUA 2015). En ciertos casos, puede ser necesario implementar un programa educativo para que los usuarios tomen conciencia de los beneficios de esta tecnología, así como de la importancia de respetar los lineamientos de construcción (GONZÁLEZ 2003).

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Operación y mantenimiento
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La cámara simple no requiere mantenimiento diario, con la excepción de la limpieza normal de las instalaciones. En la operación diaria, se debe tener cuidado de no echar desinfectante a la cámara ya que impediría que los materiales que estén en su interior se descompongan. Los materiales que se usan para la limpieza anal deben tirarse al interior de la cámara para evitar el contagio de enfermedades. Asimismo, se recomienda tapar el orificio del asiento tipo taza o turco cuando la instalación sanitaria no es utilizada para evitar los malos olores y las moscas (CONAGUA 2015). Cuando la cámara está llena, es posible bombear el lodo y reutilizarla. Otra alternativa consiste en mover la superestructura y la losa a una nueva cámara, y cubrir o desarmar la cámara anterior. Esta opción es recomendable si se dispone de mucho terreno (TILLEY et al. 2018).

Referencias

Saneamiento rural

CONAGUA (2007): Saneamiento rural. Manual de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento. México D.F. (México): Comisión Nacional del Agua (CONAGUA). URL [Visita: 12.09.2018] PDF

Saneamiento básico

CONAGUA (2015): Saneamiento básico . Manual de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento (MAPAS), libro 37. México D.F. (México): Comisión Nacional del Agua (CONAGUA). URL [Visita: 12.09.2018] PDF

Consideraciones en la construcción de letrinas secas ecológicas en comunidades de San Juan Chamula

DIAZ, C. (2002): Consideraciones en la construcción de letrinas secas ecológicas en comunidades de San Juan Chamula. Chiapas (México): Facultad de Ingeniería Civil, Universidad Autónoma de Chiapas. Tesis para obtener el título de Ingeniero Civil en el Programa de Memoria de la Práctica Profesional. URL [Visita: 12.09.2018] PDF

Calidad bacteriológica y fisicoquímica del agua del acuífero Tepalcingo-Axochiapan, Morelos, México

ROBLES, E., RAMÍREZ, E., DURÁN, A., MARTÍNEZ, M. y GONZÁLEZ, M. (2013): Calidad bacteriológica y fisicoquímica del agua del acuífero Tepalcingo-Axochiapan, Morelos, México. La Serena (Chile): Avances en Ciencias e Ingeniería, vol. 4, núm. 1, pp. 19-28. URL [Visita: 13.09.2018] PDF
Lecturas complementarias

Uso y mantenimiento de letrinas de hoyo seco. El control de olores en letrinas rurales

Esta nota de campo del Banco Mundial explica el proceso por el cual el uso de algunos elementos orgánicos, como el estiércol, puede ser una práctica eficaz para reducir el mal olor en letrinas rurales de hoyo seco, mediante la descomposición de la materia orgánica.

BANCO MUNDIAL (2004): Uso y mantenimiento de letrinas de hoyo seco. El control de olores en letrinas rurales. Lima (Perú): Programa de Agua y Saneamiento del Banco Mundial. URL [Visita: 30.10.2018] PDF

Alternativas tecnológicas en agua y saneamiento utilizadas en el ámbito rural del Perú

Este documento presenta las alternativas de saneamiento utilizadas en el ámbito rural de Perú. Una de ellas es la letrina de hoyo seco. El documento tiene la particularidad de hacer la distinción entre las letrinas de hoyo seco sin revestimiento y las letrinas de hoyo seco con revestimiento.

OPS (2006): Alternativas tecnológicas en agua y saneamiento utilizadas en el ámbito rural del Perú. Lima (Perú): Organización Panamericana de la Salud (OPS). URL [Visita: 30.10.2018] PDF

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