La composta es una sustancia parecida a la tierra que resulta de un proceso controlado de degradación aerobia de materia orgánica y sirve como acondicionar del suelo. El humus es el término usado para describir el material removido que se transforma de forma pasiva bajo tierra de sistemas como la fosa alterna. El humus tiene una composición ligeramente distinta a la composta. Ambos productos pueden ser usados como acondicionador del suelo (TILLEY et al. 2018).
El compostaje supone un proceso de degradación y transformación de la materia orgánica y requiere carbono, nitrógeno, humedad y aire (TILLEY et al. 2018). Por lo tanto, la aplicación de composta no remite a la utilización de las heces deshidratadas almacenadas, sino únicamente a la utilización de las heces deshidratadas que han sido objeto de un tratamiento secundario a través del co-compostaje.
El humus se genera en condiciones que no son óptimas para el proceso de compostaje (oxígeno, humedad, relación C: N). La textura y la calidad de este dependen de los materiales que se añadan a las excretas (tierra u hojas) y las condiciones de almacenamiento.
La composta es libre de patógenos ya que éstos mueren durante el proceso de compostaje al generarse temperaturas entre 50 y 80ºC (TILLEY et al.). Sin embargo, el compostaje debe realizarse de manera óptima. De acuerdo con los lineamientos de la Organización Mundial de la Salud (WHO 2006), la composta debe alcanzar y mantener una temperatura de al menos 50ºC durante una semana, antes de que pueda ser considerada segura, lo que requiere un proceso de compostaje mucho más largo (TILLEY et al. 2018). En el caso del humus generado en la fosa alterna, si se pretende utilizarlo en el cultivo de hortalizas o a campo abierto, se recomienda al menos un año de almacenamiento para eliminar patógenos bacterianos, reducir virus y protozoos parásitos, así como mantener los procedimientos adecuados para el vaciado de las fosas. Sin embargo, en el caso del Sanihuerto donde se cubra de tierra y siembra un árbol no representa riesgo alguno pues el usuario nunca entra en contacto con el material.
En México, la aplicación de composta es muy conocida pero no muy practicada. Rara vez, la implementación de sanitarios ecológicos secos desemboca en la aplicación de composta porque el proceso de co-compostaje de las heces deshidratadas requiere mucha capacitación, además de una gran capacidad organizativa. Incluso en los proyectos que pretenden “cerrar el ciclo” como el que se implementó en la zona costera de Oaxaca entre 2003 y 2012, las heces deshidratadas no son objeto de un proceso de compostaje como tal; en este caso, para la creación de los 95 huertos familiares, simplemente se mezclaron las heces deshidratadas con tierra para preparar las camas biointensivas (YSUNZA et al. 2010).
La tasa de aplicación de composta varía según el tipo de suelo, el cultivo, y la estación, pero la Organización Mundial de la Salud establece que por lo general, se requiere 100-300 t/ha de composta al año. Sin embargo, los experimentos han demostrado que incluso en pequeñas cantidades (15-40 t/ha al año), el uso de la composta mejora de manera sustancial el rendimiento de los cultivos (MARA and CAIRNCROSS 1989).
Se ha demostrado que la productividad de un suelo pobre puede mejorar al aplicar partes iguales de composta y tierra de buena calidad (TILLEY et al. 2018).
Para mejorar el aprovechamiento de la aplicación de composta y humus en los cultivos, es importante utilizar técnicas que eviten que los nutrientes orgánicos sean arrastrados por escorrentías pluviales o de irrigación, por ejemplo, la aplicación en terrazas así como la incorporación de los nutrientes de manera no superficial, mezclándolos con las diferentes capas de sustratos de suelos.
La aplicación de composta permite mejorar la calidad del suelo, al aportarle nutrientes y orgánicos y mejorar su capacidad para almacenar aire y agua (TILLEY et al. 2018).
En general, la composta es utilizada para fertilizar el suelo antes de sembrar (MARA and CAIRNCROSS 1989), pero también puede utilizarse en plantas de interior (TILLEY et al. 2018). Por lo tanto, esta tecnología se puede implementar en zonas urbanas y rurales. En México, su potencial de aplicación es obviamente mucho mayor en las zonas rurales, en donde la aplicación de composta puede permitir enriquecer los suelos que son de baja calidad y mejorar la productividad de los cultivos, evitando la utilización de fertilizantes químicos, lo que inducirá mejoras para las comunidades. Es por ello una tecnología muy adecuada para comunidades pertenecientes a escenarios de casas dispersas o poblados caracterizados por la presencia de capacidades y recursos, dado que son necesarios para asegurar el manejo correcto de todo el sistema de saneamiento. Sin embargo, también puede ser viable para los escenarios sin capacidades o recursos, cuando se realicen los procesos de transformación biológica cerca del lugar de aplicación; aunque sea una tecnología que requiera de ciertas capacidades y recursos, es posible que estos en concreto ya estén presentes dentro de este tipo de comunidades rurales. Incluso es posible que se desarrollen colaboraciones entre comunidades pertenecientes a diferentes escenarios, puesto que, cuando los agricultores estén convencidos de las ventajas de este material, podrán llegar a comprar composta hecha en otra parte, generando ingresos para las comunidades que elaboraron el producto. En el centro experimental “La Cañada” ubicado en la comunidad de Ocotzingo, municipio de Zautla en Puebla se promueven técnicas de aplicación de composta que maximizan el aprovechamiento de esta por los cultivos (MARTÍNEZ 2017).
Finalmente, es importante mencionar que esta tecnología de aplicación de humus y composta es útil para los siguientes sistemas de saneamiento: sistema de cámara sin agua ni producción de lodos y sistema sin agua con separador de orina.
La composta es un producto totalmente inofensivo, similar a la tierra. La Organización Mundial de la Salud considera el composteo como un método efectivo para sanitizar las heces que se deshidratan en los sanitarios ecológicos secos, logrando que cumplan con el estándar de menos de 1000 coliformes fecales por 100 gr y permitiendo que puedan ser utilizadas sin restricción (MARA et al. 1989). Sin embargo, se debe cuidar que el compostaje de las heces se realice de manera óptima.
A diferencia del lodo de aguas residuales, la composta y el humus tienen muy pocos afluentes químicos. Las únicas fuentes químicas que podrían contaminarlos son algunos materiales orgánicos contaminados (por ejemplo, pesticidas) o productos químicos excretados por los seres humanos (por ejemplo, residuos farmacéuticos). En comparación con los químicos que se pueden encontrar en los lodos de las aguas residuales, la composta resulta mucho menos contaminada (TILLEY et al. 2018).
En cualquier caso, la composta no debe aplicarse a los cultivos antes de un mes de haber sido cosechada. Este periodo de espera es muy importante para los cultivos que se consumen crudos (TILLEY et al. 2018).
Algunas personas podrán tener reticencias a utilizarla y manipularla al saber que procede de las heces humanas. Realizar demostraciones que promuevan el aprendizaje práctico puede mostrar con eficacia su naturaleza no ofensiva y los beneficios de usarla (TILLEY et al. 2018).
Se debe permitir que el material madure de forma adecuada antes de ser removido del sistema y que sea aplicado en la tierra (TILLEY et al. 2018). Es importante colocar ayudas visuales que faciliten identificar el tiempo de maduración para aprovechar el humus que esté lista para utilizarse.
Las personas que manipulen la composta y el humus deben usar ropa y equipo de protección apropiado, tanto al removerla de las cámaras de almacenamiento o compostaje como al aplicarla en la tierra (TILLEY et al. 2018).
Manual de compostaje del agricultor. Experiencias en América Latina
“El objetivo de este trabajo es difundir tecnologías apropiadas para la elaboración de un producto sano y seguro para uso como abono en huertas familiares. El manual presenta el enfoque de la FAO respecto a la agricultura: Intensificación Sostenible de la Producción Agrícola (ISPA), en la que se produce más en la misma superficie de tierra a la vez que permite conservar los recursos, reducir la repercusiones negativas en el medio ambiente y potenciar el capital natural y el suministro de servicios del ecosistema.”
ROMÁN, P., MARTÍNEZ, M. y PANTOJA A. (2013): Manual de compostaje del agricultor. Experiencias en América Latina. Chile: Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (ONUAA). URL [Visita: 13.11.2018] PDF