Relleno y cubierta /Sanihuerto

Cuando la cámara simple, o la cámara simple mejorada ventilada están por llenarse, lo más sencillo es rellenarla y cubrir con tierra, conocido como “relleno y cubierta”. Sin embargo, esta práctica da beneficios muy limitados, tanto a los usuarios como al medio ambiente.

El Sanihuerto es una tecnología que usa el mismo sistema de “relleno y cubierta”, pero después de que la cámara ha sido rellenada y cubierta, se planta un árbol encima, lo que la convierte en una opción de saneamiento ecológico, ya que utiliza los nutrientes contenidos en las excretas humanas que se han transformado en humus y de este modo “se cierra el ciclo” (CONANT et al. 2011; ESREY et al. 1998; GARDUÑO et al. 2016). El Sanihuerto sólo requiere que la cámara sea poco profunda –un máximo de 1.5 m. y que la superestructura (anillo, losa, caseta, taza) sea fácilmente desmontable para poder ser trasladada a otra cámara (TILLEY et al. 2018). Para que el contenido de la cámara se pueda convertir en composta, se debe cubrir las excretas con una taza de tierra rica en nutrientes o composta, o con una mezcla de ambos con un poco de ceniza después de cada defecación. Si están disponibles, también se pueden añadir hojas para mejorar la porosidad y el contenido de aire de la pila (TILLEY et al. 2018).

Esta tecnología es muy segura y fácil de construir, aunque no se le ha dado la suficiente difusión a nivel mundial. Ha sido adoptada con relativo éxito en países africanos como Zimbabwe y Mozambique. En México, no existen datos estadísticos que permitan conocer el alcance de esta tecnología en el país, pero se sabe que ha sido implementada dentro de proyectos de saneamiento ecológicos, tales como el Programa de Agua, Saneamiento e Higiene en Escuelas (SWASH+) que se llevó en San Miguel Suchixtepec, en Oaxaca (GONZÁLEZ, et al. 2011) y actualmente cada vez más organizaciones ofrecen talleres para dar a conocer esta tecnología. En el VIII Encuentro Latinoamericano de Gestión Comunitaria del Agua que tuvo lugar en 2017 en Oaxtepec, Morelos, varios representantes de sistemas comunitarios se mostraron entusiastas al descubrir la existencia de esta tecnología (CÁNTARO AZUL 2017).

La ubicación del Sanihuerto debe ser adecuada para que un árbol crezca. Por lo tanto, al seleccionar la ubicación de la cámara, los usuarios deben tener en cuenta las condiciones del espacio necesarias para sembrar un árbol, así como la distancia de las viviendas u otras construcciones. (TILLEY et al. 2018).

El Sanihuerto tiene 5 componentes: la cámara o fosa, un anillo o corona para proteger la fosa, una losa o placa de concreto, ferrocemento u otros materiales resistentes, una caseta y el asiento sanitario tipo taza o turco (GARDUÑO et al. 2016). La cámara debe ser poco profunda, de 1 m hasta 1.5 m aproximadamente sin ningún revestimiento ni cubierta, ya que esto impediría que el árbol o la planta crezcan correctamente. Antes de empezar a utilizar el Sanihuerto, se debe colocar una capa de 15 y 20 cm de hojas en el fondo de la cámara vacía. Eso ayudará a que el contenido de la cámara se haga composta (TILLEY et al. 2018; GARDUÑO et al. 2016).

El anillo ayuda a prevenir que se derrumben las orillas de la cámara, a evitar la entrada de lluvia a la fosa y a sostener la placa sobre la cual descansa el aparato sanitario. Puede ser hecho con tabiques o cemento (GARDUÑO et al. 2016). La losa de concreto debe contar con un hueco para que las excretas caigan del asiento sanitario a la fosa. La caseta puede construirse según su durabilidad y accesibilidad, con materiales locales (bambú, carrizo) pero debe ser fácilmente transportable para poder ser trasladada sobre otra cámara (MORGAN s.f.).

El tiempo de llenado del Sanihuerto depende de la profundidad de la cámara, del numero de personas que usan el sanitario y de la frecuencia de uso (GARDUÑO et al. 2016). Generalmente tarda entre 6 y 12 meses. Cuando la cámara está a 25 a 30 cm del llenado total, la parte superior se llena con tierra para plantar el árbol. Algunos árboles que han tenido éxito son banano, papaya y guayaba, entre otros. Nunca se debe plantar un árbol directamente en las excretas crudas. Se debe hacer en la tierra que cubre la parte superior de la cámara, para permitir que las raíces penetren en los contenidos de esta a medida que crece. Si el agua escasea, será mejor esperar a la temporada de lluvias antes de plantarlo (TILLEY et al. 2018).

El Sanihuerto se puede usar en áreas rurales, periurbanas e incluso, en comunidades urbanas, a condición de que exista suficiente espacio disponible para construir las nuevas cámaras que se vayan necesitando, así como en los sistemas de saneamiento de cámara simple y de cámara sin agua ni producción de lodo (TILLEY et al. 2018). Existe el riesgo de que el contenido de la cámara contamine los acuíferos antes de que esté completamente descompuesto, por lo que esta tecnología no es recomendable para las zonas donde el nivel del acuífero es alto, ni para zonas inundables y zonas de barrancas (GARDUÑO et al. 2016).

En México, el Sanihuerto tiene especial relevancia para las zonas rurales y especialmente en casa dispersas, con escaso acceso al agua que cuenten con capacidades y recursos o sin capacidades ni recursos; también es una opción para comunidades con problemas de deforestación o en donde no existen tecnologías para el vaciado de lodos fecales, ya que este método de disposición no requiere conducción ni tratamiento de las excretas. Además de evitar que las personas usen las antiguas cámaras ya inhabilitadas, es importante fomentar la reforestación en el campo, así como proporcionar una fuente de producción de frutales a estas comunidades que se encuentran lejanas de los circuitos comerciales. Si no hay árboles disponibles, es posible sembrar otras plantas sobre la cámara, como plantas de ornato, arbustos y plantas comestibles, pero se deben evitar las plantas que crecen enterradas (tubérculos) o a ras del suelo (GARDUÑO et al. 2016).

El Sanihuerto tiene la ventaja de ser muy fácil de aplicar y no requerir operación compleja de mantenimiento, por lo que puede implementarse en poblados con escasa disposición de agua que no cuentan con capacidades ni recursos y en cuando existen un proceso de sensibilización adicional, en poblados con disposición de agua óptima sin capacidades ni recursos.

Cuando la cámara está bien cubierta y claramente marcada, el riesgo de infección es mínimo. En los lugares donde no existen tecnologías para remover y tratar el lodo fecal, cubrir la cámara y plantar un árbol es sin duda un método de saneamiento más seguro que proceder al vaciado de la cámara. Los usuarios no entran en contacto con el material fecal y, por lo tanto, existe un riesgo muy bajo de transmisión de patógenos (TILLEY et al. 2018). Sin embargo, esta tecnología es poco conocida. Es importante implementar proyectos de demostración de ArborLoo para que los usuarios potenciales puedan aprender como funciona y darse cuenta de lo fácil que es construir uno, su naturaleza inofensiva y el valor nutritivo de las excretas humanas (TILLEY et al. 2018).

El Sanihuerto requiere algunos cuidados en su operación diaria: cada vez que se usa, se debe cubrir la orina, heces y material seco de limpieza con una capa de tierra seca y/o composta; una vez al mes colocar una capa con hojas de árboles secas. Esta mezcla permite acelerar el proceso de descomposición de las excretas, además de controlar la humedad, los olores y las moscas (MORGAN s.f.); Para que este proceso se efectúe con la regularidad necesaria, se debe incluir en la caseta un bote con tierra cernida (GARDUÑO et al. 2016). Por último, el contenido de la cámara debe ser nivelado con un palo cada semana para evitar que se concentre de forma cónica en medio de la fosa (TILLEY et al. 2018). Es importante colocar una marca en el palo, para que no se utilice con otros fines. Si el sanitario se usa con mucha frecuencia (como en escuelas y otros lugares públicos), es conveniente que el papel higiénico se ponga en un bote de basura y no se deposite dentro del sanitario (GARDUÑO et al. 2016). En ningún caso, se debe depositar basura dentro de la fosa (GARDUÑO et al. 2016). El sanitario se debe usar hasta que el material acumulado en la fosa esté a unos 25-30 cm de la superficie, o hasta que la cámara esté llena tres cuartas partes. En este momento, se deberá trasladar la caseta móvil y todos sus elementos a otra fosa (GARDUÑO et al. 2016). Una vez cubierta la cámara y sembrado una planta, ya no se requiere ningún otro mantenimiento más que el cuidado del árbol o de la planta. Los árboles plantados en cámaras abandonadas deben regarse con regularidad. Se debe construir una pequeña valla con palos y sacos alrededor del árbol para protegerlo de los animales (TILLEY et al. 2018).