Aplicación de las Heces Deshidratadas

La deshidratación difiere del compostaje en que el material orgánico no se degrada ni se transforma; sólo pierde su humedad. Las heces reducirán su volumen cerca de un 75% después de la deshidratación (OMS, 2006). Las heces totalmente secas son una sustancia que se desmenuza y se hace polvo. Las conchas, los cadáveres de gusanos e insectos en las heces también se deshidratan y se convierten en parte del material seco. Este material es rico en carbono y nutrientes, pero aún puede contener quistes u ooquistes protozoarios (esporas que pueden sobrevivir a condiciones ambientales extremas y ser reanimadas en condiciones favorables), así como otros patógenos. El grado de inactivación patógena dependerá de la temperatura, el pH (el uso de ceniza o cal eleva el pH) y el tiempo de almacenamiento. Las heces suelen ser almacenadas de 6 a 24 meses, aunque todavía podrían contener patógenos transcurrido ese tiempo (WHO 2006). El material se puede mezclar en el suelo para la agricultura (dependiendo de la aceptación), mezclarse de forma segura con tierra o enterrarse en otra parte. Un mayor tiempo de almacenamiento es otra opción, si no hay un uso inmediato para el material (TILLEY et al. 2018).

Las heces que se secan y se mantienen entre 2 y 20 °C deben almacenarse de 1.5 a 2 años antes de ser usadas en contexto doméstico o en la región (WHO 2006). En temperaturas más altas (esto es, con un promedio de > 20 °C) se recomienda más de un año de almacenamiento para inactivar los huevos de Áscaris (género de varias especies de gusanos parásitos o helmintos). Si las heces tienen un pH superior a 9 (agregar ceniza o cal aumenta el pH) bastará un tiempo de almacenamiento de unos seis meses. Cuando se mezclan las heces deshidratadas en el suelo agrícola, se debe asegurar que estas queden bien cubiertas (WHO 2006). Esto puede realizarse, cuando se siembra en surcos, abriendo una zanja de 10 cm, colocando las heces y volviendo a cubrir la zanja posteriormente.

Las heces secas no son tan útiles como las heces de compostaje a la hora de acondicionar el suelo. Sin embargo, pueden ayudar a reabastecer suelos pobres e impulsar sus propiedades de carbono y almacenamiento de agua, con poco riesgo de transmisión de patógenos (TILLEY et al. 2018). La OMS sugiere restringir la utilización de heces deshidratadas para cultivos que no serán consumidos directamente por las personas (cultivo para producción de bioenergéticos y textiles), cultivos que serán procesados industrialmente como el trigo, así como aquellos que deben ser cocido para poder ser consumido (WHO 2006). Adicionalmente pueden utilizarse como fertilizantes para árboles frutales o en proceso de reforestación.

Su uso es adecuado en sistemas de saneamiento con separación de orina. Esta tecnología requiere que las poblaciones tengan capacidades y recursos suficientes, tanto para realizar adecuadamente la aplicación de las heces secas como para la deshidratación previa. En escenarios correspondientes a casas dispersas con capacidades y recursos, y tanto con disposición de agua escasa como suficiente u óptima, el manejo y aplicación se realizarán en zonas de cultivo cercanas a los sitios en donde estas fueron producidas debido a que se cuenta con espacio para la realización de actividades agrícolas. En cambio, para escenarios de poblados con capacidades y escasa o suficiente disposición de agua, debe contarse con un medio de transporte adecuado para llevarse al sitio de aplicación o con un sistema de recolección, manejo y aplicación comunitaria.

Algunas personas podrían negarse a manejar y usar heces secas. No obstante, dado que las heces deshidratadas están secas, desmenuzadas y libre de olores, su uso podría ser más fácil de aceptar que el estiércol o lodo fecal. Las heces secas son un ambiente hostil para los microorganismos, por lo que no sobreviven mucho tiempo en ellas. Sin embargo, si el agua o la orina se mezcla con las heces secas, los microorganismos y los malos olores pueden llegar a ser un problema, ya que las bacterias sobreviven fácilmente y se multiplican en las heces húmedas. Los ambientes cálidos y húmedos son propicios para los procesos anaerobios, que pueden generar olores ofensivos. Las heces deshidratadas no deben aplicarse a los cultivos antes de un mes de haber sido cosechados (TILLEY et al. 2018).  

En México, la aplicación de heces deshidratadas no es una práctica que se realice habitualmente, por lo que la apropiación de la tecnología será difícil si la deshidratación de las heces no se realiza de manera correcta. La calidad del producto depende de su manejo en la cámara de deshidratación y el vaciado y transporte manual por lo que se debe trabajar en la sensibilización de los usuarios que participan en el conjunto del sistema de saneamiento 3, (sistema sin agua con separador de orina). Es importante trabajar con quienes harán la aplicación de las heces, para entender sus percepciones, responder a sus inquietudes y lograr la buena aceptación de la tecnología (DABBAH et al. 2015).

Al remover las heces secas de la cámara de deshidratación se debe tener cuidado para no levantar polvo que pueda inhalarse. Los trabajadores deben usar equipo de protección adecuado (cubrebocas, guantes y ropa de trabajo que se use exclusivamente para la actividad de aplicación de heces deshidratadas). Las heces deben mantenerse lo más secas posible. Si por accidente llegaran a mezclarse con agua u orina (antes de su aplicación), se deberá agregar más ceniza, cal o tierra seca para ayudarlas a absorber la humedad. La prevención es la mejor manera de mantener las heces secas (TILLEY et al. 2018).