Lecho de secado con plantas

Esta tecnología tiene la ventaja de desecar y estabilizar el lodo. Además, las raíces de las plantas crean vías a través del lodo en espesamiento que permiten que el agua escape fácilmente. El aspecto del lecho es similar a un humedal artificial de flujo vertical. Los lechos se llenan de arena y grava para sostener la vegetación. En lugar del efluente, el lodo se aplica a la superficie y el líquido filtrado fluye hacia abajo a través del subsuelo donde es recolectado en los desagües (TILLEY et al. 2018).

Un diseño general para superponer el lecho es: 1) 250 mm de grava gruesa (grano de 20 mm de diámetro); 2) 250 mm de grava fina (grano de 5 mm de diámetro), y 3) 100 a 150 mm de arena. Debe dejarse un espacio libre (1 m) sobre la parte superior de la capa de arena para 3 a 5 años de acumulación. Se pueden usar plantas como carrizo (Phragmites sp.), totora (Typha sp.), poáceas (Echinochloa sp.) y papiro (Cyperus papyrus), dependiendo del clima. Las especies locales y no invasoras pueden utilizarse si crecen en ambientes húmedos, son resistentes al agua salada y se reproducen fácilmente después del corte (TILLEY et al. 2018). El lodo se debe aplicar en capas de 75 a 100 mm de espesor y volver a aplicar cada 3 a 7 días, dependiendo de las características del lodo, el ambiente y las limitaciones de operación. Se han reportado tasas de aplicación de lodo de 100 a 250 kg/m2/año en climas tropicales cálidos. En climas más fríos, como el norte de Europa, las tasas suelen ser hasta de 80 kg/m2/año. Dos o más lechos paralelos pueden usarse alternativamente para permitir suficiente degradación y reducción de patógenos de la capa superior de lodo antes de removerlo. El lixiviado recolectado en los tubos de drenaje debe ser tratado adecuadamente, dependiendo de dónde será descargado (TILLEY et al. 2018). Los tubos de drenaje deben tener, al menos, un diámetro de 100 mm y una pendiente de un 1% (LFTAIPG s.f.). Los tubos de ventilación conectados al sistema de drenaje contribuyen a mantener las condiciones aerobias en el filtro.

Esta tecnología es efectiva para disminuir el volumen de lodo (hasta 50%) a través de descomposición y secado, que es importante cuando el lodo debe ser transportado a otro lugar para su uso o disposición final (TILLEY et al. 2018). También se puede usar cuando se requiere una disminución de la humedad del lodo para un tratamiento posterior (por ejemplo co-compostaje) (CONAGUA 2015). Debido a sus requerimientos de área y el bajo costo de operación, los lechos de secado con plantas son más apropiados para comunidades pequeñas y medianas (TILLEY et al. 2018). La utilización de esta tecnología es aplicable a los sistemas en donde se producen lodos fecales, como son el sistema de saneamiento de cámara simple, de aguas negras con infiltración, de aguas negras con conducción del efluente y de conducción de aguas negras a tratamiento. Debido a que los lechos de secado requieren un tratamiento previo (CONAGUA 2015) y de bastante espacio, esta tecnología solo será adaptada para comunidades rurales de casas dispersas que posean capacidades y recursos, tanto con disposición de agua escasa como suficiente, así como para poblados con capacidades y recursos, tanto con disposición de agua escasa como suficiente, que cuenten con espacio suficiente para la tecnología o un sistema de transporte para un tratamiento centralizado. En las zonas semiáridas del centro y norte de México, donde la radiación solar es muy intensa y la precipitación es baja, esta tecnología puede resultar más eficiente (CONAGUA 2015). Lugares en donde se presentan fuertes vientos también ayudan a mejorar el funcionamiento de los sistemas.

Debido a su agradable estética, no debe haber problemas con su aceptación, sobre todo si se encuentra lo suficientemente lejos de zonas muy pobladas. Las plantaciones sin perturbaciones pueden atraer vida silvestre, incluyendo serpientes venenosas. El lodo fecal es peligroso y cualquier trabajador debe estar equipado con protección adecuada (botas, guantes y ropa). El grado de reducción de patógenos en el lodo varía con el clima. Dependiendo del uso que se le vaya a dar, podría requerir almacenamiento y secado adicional (TILLEY et al. 2018).

Se requiere personal capacitado para garantizar una correcta operación y mantenimiento. Se debe dar mantenimiento a los drenajes, y el efluente tiene que ser recolectado y desechado de manera adecuada. Las plantas deben haber crecido lo suficiente antes de aplicar el lodo. La fase de aclimatación es fundamental y requiere mucho cuidado. Las plantas deben ser podadas o cosechadas con regularidad. El lodo puede removerse después de 3 a 5 años (TILLEY et al. 2018).