Cámara doble mejorada ventilada

La cámara doble mejorada ventilada no sólo sirve para recolectar las excretas, sino que las trata parcialmente y genera un producto (el humus) que puede ser aplicado en suelo. Al contar con dos cámaras, una puede ser usada mientras que el contenido de la segunda reposa, drena, se reduce en volumen y se degrada. Debido al prolongado tiempo de reposo (al menos uno o dos años después de varios años de llenado), el material dentro de la cámara estará parcialmente desinfectado y se verá parecido al humus (TILLEY et al 2014). A pesar de que produce un producto similar a la composta, la cámara doble no es en sí una cámara compostera porque el proceso aeróbico que se genera en la cámara es muy limitado. El mecanismo de ventilación es más que todo destinado a evacuar los malos olores (MARTÍNEZ 2001).

Para que el proceso de descomposición se realice en buenas condiciones, la cámara doble debe asociarse con sanitario seco.

 Este tipo de tecnología no es muy común en México. La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios considera que el sanitario de doble cámara es una solución para la disposición de excretas en zonas rurales, pero no existe registro de si ha sido efectivamente implementado o no (COFEPRIS 2011).

Las dos cámaras en el VIP doble se usan continuamente, por lo que deben estar bien revestidas y sostenidas para garantizar su longevidad (TILLEY et al 2014). Pueden ser construidas con cualquier material pesado como bloques de concreto (MARTÍNEZ 2001). El lado superior de las cámaras puedes ser una plataforma de concreto o cemento reforzada con hierro, ajustada a la cámara, con dos cubiertas movibles que se puedan remover para el vaciado del humus. Debe contar con dos aperturas para las heces de por lo menos 250 mm de diámetro, ubicadas en el centro de cada cámara y dos hoyos para los tubos de ventilación (MARTÍNEZ 2001). Es posible diseñar la cámara doble de manera que no esté hundida en el suelo y que cada cámara cuente con una puerta de acceso para facilitar el proceso de vaciado del humus (TILLEY et al 2014; MARTÍNEZ 2001). Cualquiera sea el diseño, la cámara que no se está llenando debe estar cubierta y sellada con una tapa para evitar que agua, basura, animales o personas caigan en ella (TILLEY et al 2014; MARTÍNEZ 2001).

La ventilación de las dos cámaras se puede lograr utilizando un tubo de ventilación que se pueda mover entre una cámara y otra, o equipando cada cámara con su propio tubo (TILLEY et al 2014; MARTÍNEZ 2001). El aire atrapado en la cámara es un poco más caliente que en los alrededores y este aire más caliente sube lentamente por el canal de ventilación. Este tubo debe contar con una rejilla o malla en su extremidad exterior para evitar la entrada y salida de las moscas (MARTÍNEZ 2001). Para mayor eficiencia en la ventilación conviene evitar ángulos de 90° y sustituir por dos de 45°. Si se pinta el tubo de negro al calentarse el aire al interior del tubo puede facilitar la circulación del aire hacia el exterior. La superestructura puede extenderse sobre ambas cámaras o puede estar diseñada para moverse de una cámara a otra (TILLEY et al 2014).

Esta tecnología se aplica en el sistema de cámara sin agua ni producción de lodo. La tecnología de VIP doble solo funciona correctamente si ambas cámaras se emplean de manera secuencial y no simultánea. Por lo tanto, se requiere una cubierta adecuada para la cámara que no esté en uso (TILLEY et al 2014). Esta tecnología no requiere agua para funcionar, por lo que resulta particularmente apropiada en las zonas en donde el agua escasea. Es más adecuada para las zonas en donde hay una capa freática baja ya que el lixiviado puede contaminar los acuíferos (TILLEY et al 2014). No es apropiada para suelos rocosos o compactados (difíciles de excavar), ni para áreas que se inunden con frecuencia ya que la infiltración de agua trae como consecuencia un posible derrumbe de las paredes de la cámara (GONZÁLEZ 2003). Cuando no es posible cavar una cámara profunda, el nivel freático es muy alto o existe riesgo de inundaciones, es posible construir una cámara doble elevada, con el uso de anillos o bloques de concreto. La cámara doble ventilada debe ubicarse en una zona con buena brisa para permitir una efectiva ventilación (TILLEY et al 2014). Esta tecnología tiene las ventajas de ser sencilla de construir, necesita poco mantenimiento y no requiere manipulación. Además, genera un abono higiénico y fácilmente recuperable (MARTÍNEZ 2001).  Sin embargo, los usuarios pueden no entender su funcionamiento, por lo que resulta importante implementar talleres de capacitación antes de su construcción.

En condiciones aeróbicas el proceso de descomposición de las excretas toma aproximadamente un año, por lo que el ciclo completo lleva dos años. En zonas tropicales el proceso de descomposición es mucho más rápido; el abono puede estar listo en 4 a 6 meses, por lo que el período mínimo de almacenamiento se reduce a un año (MARTÍNEZ 2001). Después del tiempo de reposo, el material producido, similar a tierra, debe ser vaciado manualmente con palas (TILLEY et al 2014). La cámara doble ventilada permite una reducción significativa de patógenos, pero no completa. Por lo mismo, no se debe utilizar el humus en sembradíos donde puede estar en contacto con la parte comestible de la planta; se recomienda enterrarlo en el jardín o utilizarlo para fertilizar plantas ornamentales o árboles frutales (COFEPRIS 2011; MARTÍNEZ 2001). También puede darse un tratamiento posterior para la eliminación significativa de patógenos (co-compostaje). Se debe tener cuidado con la ubicación de las cámaras, el lixiviado puede llegar a contaminar los acuíferos (TILLEY et al 2014). Además, hay que tomar en cuenta que las cámaras son susceptibles a fallas y/o desbordamientos durante las inundaciones, lo que puede representar un riesgo para la salud. Además la ventilación no elimina por completo los riesgos asociados a las moscas (TILLEY et al 2014).

Para mantener el VIP doble libre de moscas y malos olores, se requiere mantenimiento y limpieza constante (TILLEY et al 2014). Para que el proceso de descomposición se dé de manera adecuada, se debe cuidar que no ingrese demasiado líquido en la cámara. Después de cada uso, se puede esparcir un poco de aserrín o ceniza como material absorbente. El sanitario seco se puede limpiar de vez en cuando con un cepillo de inodoro y/o un trapo húmedo (MARTÍNEZ 2001). La cámara que no está en uso debe sellarse bien para reducir la infiltración de agua pluvial. Se debe respetar el periodo de alternancia entre las cámaras: la segunda cámara se cubre cuando está casi llena (las excretas están a 50 cm de la parte superior de la cámara) y el contenido de la primera cámara se remueve para ser utilizada (TILLEY et al 2014). Las moscas muertas, las telarañas, el polvo y otros desechos deben retirarse periódicamente de la rejilla de ventilación para garantizar un buen flujo de aire (TILLEY et al 2014).